Si tus uñas de gel duran poco, hay unos cambios que debes hacer en tu rutina
¿Ya hiciste de todo y el gel de tus uñas se sigue levantando a los días? Conoce los consejos que necesitas.
No hay nada más frustrante que ver cómo las uñas que tanto te gustaron cuando quedaron listas empiecen a levantarse a los pocos días, ya sea por las puntas, en la base, o peor aún, el resultado completo… Y justo cuando tienes un compromiso en puerta. ¿Te ha pasado?
Quizás tu primer pensamiento sea echarle la culpa a los productos utilizados, incluso pensar que hay algo malo con tus manos si es una situación que atraviesas frecuentemente, pero no es necesario que te vayas tan lejos: solo hay unas cuantas cosas que debes hacer para que tu manicura dure más, y en esta nota, te las vamos a contar.
¿Qué señales no puedes pasar por alto?
Despegue en los laterales, justo al borde de la cutícula: Lo más probable es que se hayan quedado residuos de humedad o aceites en la superficie que no se retiraron antes de aplicar la primera capa; también es posible que no se haya empujado la cutícula de forma correcta y eso impidió que el gel se adhiriera por completo.
Desgaste de color: A nadie le agrada ver que pasados solamente dos días, ya haya un desgaste en las puntas, y por lo general, lo que lo causa es falta de sellado con gel en el borde libre de la uña al final del proceso.
Agrietamiento del gel en el centro | sensación quebradiza al presionar la uña: Ambos casos son un indicador de que las capas no se curaron bien/están demasiado gruesas. Hay que recordar que cuando el gel no se seca por completo entre una aplicación y otra, se forma una estructura débil que no resiste el uso normal de las manos.
Tales signos no aparecen de la nada, cada uno tiene una causa específica; no obstante, la buena noticia es que casi todas son corregibles a partir del uso adecuado de un kit completo para uñas de gel y el cambio de ciertos hábitos diarios que, sin darte cuenta, están perjudicando el estado de tu manicura.

Pequeños errores que estás a tiempo de corregir
Contacto prolongado con agua caliente
Poco tiempo después de arreglarte las uñas, ¿te pones a lavar los trastes? ¿Crees que es buena idea darte un baño de dos horas, y además, con un montón de agua caliente? Ups, lamentamos informarte que tanto el calor, como la humedad debilitan la adherencia del gel, sobre todo en los bordes.
Usar las uñas como herramienta
Abrir latas, raspar etiquetas, levantar objetos con las yemas… Cada presión (innecesaria) que haces, genera microfracturas invisibles que, con el tiempo, terminan en quiebres o desprendimientos. Este desgaste se nota especialmente en las puntas, donde el gel es más vulnerable.
Incluso si estás empezando a hacer uñas como práctica o negocio y estás buscando información sobre cuánto cobrar por uñas de gel, y quieres ofrecer un trabajo que realmente sea valioso, ser consciente de cuidados así marcan la diferencia en los resultados.
Aplicar productos justo después de finalizar el proceso
Si tienes la costumbre de ponerte crema en las manos varias veces al día, ¡detente!: el gel aún se encuentra en su fase inicial de asentamiento y la capa grasosa que coloques acabará por interferir con la fijación total, sobre todo si la aplicación fue en casa y el sellado no fue uniforme. El acabado va a perder brillo y firmeza en menos de lo esperado.
Uso constante del celular
Aunque no lo creas, el movimiento repetitivo de las yemas y el roce contra la pantalla desgastan la parte frontal del gel, más si no se selló como debería. A lo mejor piensas que es exagerado, pero como es algo que forma parte de nuestro día a día, no podemos dejar de mencionar el efecto que causa.
Para cerrar este apartado, vale la pena señalar que, si bien no es necesario cambiar por completo tu forma de vivir, por supuesto que te vas a beneficiar de hacer uno que otro cambio: con eso, el gel comenzará a resistir mucho más.
Tips de rutina para mantener el gel intacto por más tiempo
Ponte aceite para la cutícula, ¡pero no apenas tus uñas estén listas! Mejor hazlo cada noche (una sola gota en cada dedo) y con eso bastará para suavizar tu piel, también es algo que sirve para prevenir que el contorno de la uña se reseque y provoque que se despegue el producto.
Al cuarto o quinto día, limpia la superficie y aplica una nueva capa de top coat transparente para renovar el sellado del borde libre, ese punto donde el desgaste es más visible, y ayuda a mantener el aspecto brillante.

Cómprate unos buenos guantes que sean suaves por dentro y resistentes por fuera para completar tareas domésticas, pues el contacto con detergentes, desinfectantes o jabones agresivos puede llegar a deteriorar el gel desde la primera semana.
Y si haces tus uñas en casa, asegúrate de guardar tus productos en un lugar fresco, lejos del sol o del calor. El gel que ha sido expuesto a temperaturas extremas pierde su consistencia y, aunque no se note de inmediato, eso afecta su rendimiento.
¿Qué hacer cuando el daño ya está hecho (sin empezar desde cero)?
Cuando el daño es mínimo (una pequeña burbuja, un levantamiento en la punta): lima con cuidado el área afectada; la idea es nivelar la superficie, pero evita raspar de más. Luego, limpia con una gasita con alcohol y aplica una capa delgada de top coat. Sella bien los bordes y cura en lámpara si estás usando fórmulas semipermanentes.
Cuando se ha desprendido una sección más grande, pero el resto de la uña sigue firme: prueba rellenando ese espacio con una pequeña cantidad de gel base. Usa el pincel, procurando no tocar la piel, y cura en lámpara antes de aplicar el top coat. Este método funciona muy bien para extender unos días más la duración sin necesidad de rehacer todo el set.
Cuando una uña se haya roto parcialmente: corta ligeramente el borde, lima la zona, y refuerza con una capa extra de top coat. ¿Tienes tiras de seda o productos para reparación? Úsalos para mayor resistencia.
Ahora bien, cuando el gel presenta levantamientos generalizados, manchas o una textura pegajosa en varias uñas, ni modo… La única solución es quitar todo, pero para todo lo demás, las reparaciones express que te hemos presentado salvarán tu manicura.
Mimos diarios, ¿por qué no?
Las manos cargan con mucho a lo largo del día, y cuando reciben atención, se nota en cómo lucen y en cómo se sienten. Si se encuentra en tus posibilidades, hidrata, pero no solo por fuera; toma agua con regularidad, masajea tus dedos con crema ligera antes de dormir y dedica un momento semanal para exfoliar.
Pese a que habrá días en que no tendrás tiempo para hacer todo, está bien: la idea es que no dejes tu rutina de bienestar en el olvido.