Patada corta al comenzar prórroga no sería mala idea en NFL

El entrenador de los Seahawks de Seattle, Pete Carroll, grita desde un costado del terreno durante el último cuarto del encuentro contra los Rams de San Luis, el domingo 13 de septiembre de 2015  (AP Foto/Tom Gannam) Al comienzo del tiempo extra, los Seahawks realizaron una patada corta, lo que derivó en que muchos seguidores del equipo se preguntaran si el entrenador Pete Carroll había enloquecido. Ciertamente, la decisión fue riesgosa, pero no del todo insensata.

Bajo las reglas adoptadas en 2012, un despeje corto en el arranque de la prórroga puede tener sentido.

Si Seattle hubiera recuperado el balón y hubiera anotado aunque sea un gol de campo, el duelo habría concluido. Y es que los Rams de San Luis, al ser el equipo que debía recibir el despeje, habrían perdido una posesión del ovoide al no capturar la patada.

Pero los Rams lo hicieron, en la yarda 49 de Seattle, y terminaron convirtiendo un gol de campo. Así, los Seahawks tuvieron todavía una oportunidad de buscar el empate con un gol de campo o el triunfo con un touchdown.

Seattle no consiguió ninguna de esas dos cosas. Marshawn Lynch fue frenado en cuarta y uno, en la yarda 42 de los Rams.

“Eso no es lo que debió ocurrir”, dijo Carroll, al negar que hubiera ordenado realizar el despeje corto. “Queríamos patear el balón a cierta zona del campo, pero no lo hicimos bien”.

El pateador Steven Hauschka dijo que quiso colocar el balón un poco delante de las diagonales. Carroll deseaba que el ovoide aterrizara entre la yarda 15 y la 20, lejos del experto en devoluciones Isaiah Pead, y en una zona donde posiblemente los Seahawks hubieran podido pelear por apoderarse del balón.

Más allá de las intenciones y del resultado, otros entrenadores podrían elegir esta opción al comienzo del tiempo extra, porque con ello podrían ganar el partido sin prestar el balón a sus oponentes. De no recuperar la patada, seguirían teniendo la oportunidad de empatar o ganar.

En caso de que la estrategia falle, el precio es que los rivales se ubiquen unas 30 yardas más adelante. El equipo que reciba comenzaría su ataque cerca del medio campo y necesitaría al menos un primero y 10 para meterse en terreno de gol de campo.

Para un equipo con una férrea defensiva, como Seattle, la idea sería atractiva.

Ésta no fue la única decisión polémica tomada por los equipos durante la primera semana de la campaña:

MANNING Y LOS GIANTS

Eli Manning y Nueva York tenían la oportunidad de resolver el encuentro del domingo por la noche en Dallas. Contaban con una ventaja de 23-20 en las postrimerías del cuarto periodo, pero no supieron manejar el reloj.

Optaron por enviar un pase en tercera y gol desde la yarda uno, con 1:34 minuto por disputar y sin que Dallas tuviera tiempos fuera. La decisión seguirá generándole críticas al entrenador Tom Coughlin durante el resto de la campaña.

Manning no encontró a ningún receptor desmarcado y terminó enviando un pase fuera del campo. Si hubiera buscado una jugada por tierra, habría consumido 40 segundos.

Simplemente si hubiera puesto una rodilla en tierra, habría tomado una mejor decisión. En una situación como ésa, agotarse el tiempo es la prioridad.

Con el pase incompleto se detuvo el reloj. Los Giants convirtieron el gol de campo pero los Cowboys tuvieron 1:27 minuto para realizar su ataque. Tony Romo capitalizó con un avance de 72 yardas hasta la zona prometida.

“Es mi culpa lo que ocurrió al final”, reconoció Coughlin. “La decisión de lanzar el balón en tercer down no fue buena. Debió ser un acarreo, sin importar si anotábamos o no”.

Manning se responsabilizó también.

“Tenía que esperar ahí que me derribaran y luego agotarme 40 segundos”, comentó.

Y si los Giants hubieran anotado un touchdown, la ventaja de 10 puntos habría sido inalcanzable.

EL DESAIRE A FORSETT

En desventaja por 19-13 ante Denver, los Ravens tuvieron primero y 10 en la yarda 16 de los Broncos, con 46 segundos por jugarse y una pausa a su disposición. Justin Forsett había corrido para 20 y 9 yardas en sus únicos dos acarreos durante una ofensiva que comenzó en la 20 de Baltimore.

Los Ravens tenían tiempo para ir por tierra, pero Forsett no recibió la oportunidad. El coordinador ofensivo Mar Trestman ordenó tres jugadas de pase en forma consecutiva.

Presionado por la defensiva de Denver durante todo el encuentro, el quarterback Joe Flacco lanzó dos envíos incompletos antes de ver interceptado un pase en la zona prometida. Un acarreo en primera o segunda oportunidad pudo haber sorprendido a los Broncos. Es posible que Forsett hubiera encontrado los mismos huecos que aprovechó en esa última serie.

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Rob Maaddi está en Twitter como https://twitter.com/AP_RobMaaddi

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