Paro de empleados de McDonalds, Burger King, Wendys y KFC el 15 de mayo de 2014

McDonald's, Heinze

La acción sin precedentes es organizada por varias centrales sindicales de Estados Unidos y de otros países, además de grupos conformados con esta intención, como el movimiento “Fast Food Forward” de Nueva York.

La exigencia de incremento salarial de trabajadores de la industria de comida rápida comenzó en Estados Unidos en noviembre de 2012 y ha ido en aumento.

Trabajadores de McDonald’s y otras cadenas han efectuado paros de manera separada y en ocasiones en forma coordinada, como en agosto pasado.

Unos cuatro millones de personas trabajan en los establecimientos de comida rápida en Estados Unidos con salarios promedio de nueve dólares por hora (18 mil 500 dólares al año).

Dicho ingreso se encuentra cuatro mil 500 dólares por debajo de la línea de pobreza considerada por la Oficina del Censo de Estados Unidos, que es de 23 mil dólares por familia de cuatro personas al año.

La vocera de McDonald’s, Heidi Barker Sa Shekhem, comentó esta semana que la compañía está considerando el efecto de un aumento del salario mínimo, ya que 80 por ciento de sus restaurantes son de propiedad y operación independientes, por propietarios de pequeñas empresas.

“Este es un debate importante que debe tomar en cuenta la naturaleza altamente competitiva de las industrias que emplean a trabajadores de salario mínimo, así como a los consumidores y los miles de pequeños negocios que poseen y operan la gran mayoría de los restaurantes de McDonald’s”, señaló la vocera.

Dichas demandas salariales han llamado la atención de la Casa Blanca e incluso el presidente Barack Obama habló de forma indirecta sobre las preocupaciones de los trabajadores de comida rápida.

Obama propuso al Congreso elevar el salario mínimo en Estados Unidos de 7.25 a 10.10 dólares por hora.

En lo que va de 2014, los estados de Connecticut, Maryland, Hawaii y Nueva Jersey han elevado el salario mínimo.

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