La experiencia maya ha llevado a analizar la posibilidad de plantear a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) el uso de la milpa “como un sistema inteligente de producción de alimento mundial”.

El titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) de Yucatán, Eduardo Batllori Sampedro, destacó que la milpa es una de las riquezas de la cultura maya que se busca rescatar y difundir.

Además de su cosmogonía y costumbres plasmados en documentos como el “Popol Vuh”, el “Códice Dresde” y el “Chilam Balam”, entre otros, dijo en entrevista, a una semana de que inicie la 13 Conferencia de las Partes (COP 13) en materia de biodiversidad y aprovechamiento sustentable.

Expuso que toda esta riqueza puede ser aprovechada de manera sustentable y nos lleva a ver incluso la experiencia adquirida a lo largo de cinco mil años de la domesticación de la milpa y toda la vegetación alimenticia que se desprende de ella.

Así, añadió, se puede ver que limitarse sólo a la explotación de un terreno para producir maíz es acotar el verdadero potencial de la producción de una milpa, pues existen otros productos que se pueden cosechar, como el frijol, el chile, la soya, e incluso se puede obtener miel.

Destacó el trabajo que se lleva actualmente en la reserva Biocultural del Puuc, donde se conjunta una amalgama de experiencias y valores que se plasman en los productores de esa región y que han consolidado alianzas intermunicipales para hacer énfasis en la relación que hay entre la población, los recursos naturales y su manejo.

Como resultado de ello, dicha región encabezada por el municipio de Oxkutxcab ha ayudado a sus comunidades para que reconozcan el valor de sus tierras y el potencial de producción que tienen y que no sólo se limita al pastoreo o producción ganadera, subrayó Batllori Sampedro.

De esta manera, terrenos que anteriormente habían sufrido deforestación por cambio de uso de suelo, ahora recobran vida con la producción de soya o incluso cítricos, como la naranja y el limón, devolviendo a la naturaleza el verde que la potencializa.

Estas acciones, dijo, han permitido revertir la enorme presión que ejerce sobre la península la producción de carne de cerdo y pollo, y que derivaron incluso en la introducción de soya transgénica, dañina para la industria apícola.

Por fortuna, expresó, desde hace tiempo la región se encuentra libre de soya transgénica y la industria de la miel comienza a recuperarse, además de que a la zona se le ha brindado una nueva gama de opciones sustentables a partir de sus propios recursos.

Además, se ha comenzado a impulsar la cultura gastronómica a partir de la riqueza de la tradición maya, con recursos 100 por ciento orgánicos y sustentables y que se están convirtiendo también en una fuente de atracción turística.

Batllori Sampedro citó como ejemplo el Festival K´óoben, donde cinco chefs de alto renombre se unieron a la causa impulsada por The Nature Conservancy y REDD+ para la producción sostenible de alimentos en la selva maya.

Con este encuentro, dichos expertos plantearon el uso de estos sistemas y productos originarios de la selva maya para demostrar que la sostenibilidad, la diversidad y la adaptación del campo es posible a partir de un esquema de producción como la milpa maya.