Los primeros pendientes fueron para hombres

Los pendientes eran originalmente para hombres

Un estudio comprobó que los primeros aretes o pendientes fueron hechos para hombres, no para mujeres.

Varios historiadores han determinado que esta joya tan habitual hoy en mujeres fue en realidad usada por más hombres que mujeres en sus inicios. Sus primeros vestigios se encontraron en guerreros de la antigua Persia, y también en los hombres griegos y romanos, para quienes era habitual llevar un solo pendiente. Otra prueba arcaica que apoya esta teoría  se encuentra en la Biblia, donde a Aaron se le pidió entregar los pendientes de sus hijos e hijas.

Aunque por un lado esta joya marcaba un símbolo de santería y también de caza, cuyo valor era conocido y compartido por una comunidad determinada, su uso estético empezó a extenderse muy pronto entre los hombres, al igual que el maquillaje, una moda que desarrollaron los hombres y mujeres egipcios quienes, a diferencia de los persas, no fueron grandes entusiastas de los pendientes.

Sin embargo, esta pieza de joyería tardó siglos en considerarse una verdadera moda para hombres, en concreto hasta el Renacimiento inglés, a finales del siglo XVI. En comunidades japonesas y turcas era algo habitual que tanto hombres como mujeres usaran pendientes, aunque la costumbre empezó a prohibirse hacia el siglo XIX y la práctica no volvió a ser habitual entre amplios grupos masculinos hasta pasada mitad del siguiente siglo, sobre todo gracias a comunidades hippies, homosexuales y de música rock y punk, que se adueñaron de la moda.

Además, en paralelo, uno de los más asiduos a los pendientes siempre han sido los piratas, en su mayoría hombres, según el imaginario antiguo que se tiene de ellos. Uno de los historiadores del fenómeno, Toby Gibson, señala que hay teorías hilvanadas sobre una posible relación entre los pendientes y la mejora de la vista.

El investigador cuenta que los piratas siempre han decorado sus orejas con metales preciosos, como plata y oro, como símbolo de los tesoros que buscan incansablemente. Sin embargo, cuando en medicina se descubrió que agujerear las orejas podía ser un síntoma de mejora de la vista, rápidamente se relacionó con la historia de estos ladrones.

De hecho, en la acupuntura existe una zona en las orejas que llaman punto de visión –que corresponde al lugar del lóbulo que normalmente se agujerea– y de la que suelen partir para tratar problemas de ceguera y conjuntivitis. Sin embargo, los expertos de la técnica señalan que precisamente una vez que esa zona ha sido agujereada, es inmune a las posibilidades de mejora de la visión, debido a que se trata de una herida que mantenemos abierta o que, en su defecto, se convierte en cicatriz, por lo que, de momento, el uso de pendientes por parte de los piratas sigue respondiendo solamente a la moda y la coquetería.

 

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